Por Cátedra de Género *
En relación al fallo judicial producto del juicio en el que
agentes policiales estaban acusados por maltratar y violar a un chico de 16
años en Trelew, expresamos que: nuevamente el sistema penal pone en evidencia
que el patriarcado y su inherente
violencia, tienen el (y vienen del) mismo poder.
Al historizar la rutinización de las violaciones a los
Derechos Humanos podemos explicarnos este nuevo atropello; pero seguiremos
trabajando porque queremos abrir las ventanas, y dejar entrar el aire y el
viento no sólo para denunciar un pasado violento, sino para dar cuenta de los
delitos y horrores que perpetuados desde el poder se siguen cometiendo.
El Estado que debe amparar a sus ciudadanos, hoy tristemente
vuelve a absolver a funcionarios
públicos que lejos de cumplir con la sociedad a la que se deben, dedicándose a
proteger a las personas, repiten y ejercen diversas violencias –incluida la
sexual- otra vez sobre un joven
detenido.
La
Cátedra Abierta de Género hace público su más enérgico
repudio ante estas últimas demostraciones institucionales que siguen diciéndole
al pueblo que llevar uniforme es sinónimo de impunidad, con licencia para
golpear y ultrajar los cuerpos. Seguiremos denunciando estas prácticas, pero
también hacemos un llamado a la reflexión porque más allá de la denuncia, es
necesaria la participación colectiva para sumar voluntades de cambio dirigidas
a la construcción de una sociedad justa y libre, donde nadie tenga el poder de
violentar, consumir, castigar el cuerpo de otra persona.
Es necesario que la igualdad y la libertad dejen de ser
paradigmas de un discurso vacío, para vivenciarlas y establecerlas
definitivamente sin que nadie pueda arrogarse su cercenamiento. El fallo es
otra muestra del ideario que subyace en la violencia de género: si la
masculinidad sólo se asocia con
dominación y violencia, la crueldad
podrá perpetuarse. Las víctimas continúan expuestas a la inversión de la
prueba: se pone en duda lo denunciado, y luego se exculpa al perpetrador,
burlándose de quién ha sido agredido. No condenar la violencia sexual ejercida
por representantes del poder policial de la provincia del Chubut vuelve a
demostrar que se minimiza la violencia cuando es ejercida por hombres armados,
legitimando la desigualdad y la violencia.
Lo/as más débiles, lo/as pobres, lo/as jóvenes, están
expuestos a múltiples y superpuestas discriminaciones y formas de agresión.
Luchemos para que no sean víctimas del silencio.
Cátedra Abierta de Género
* UNP, Sede Trelew
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