Alicia Lopez representante y amiga de la familia Limunao
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Fuente: OPI Santa Cruz
Esta es la reflexión
final que le dejó a la familia Limonao la llegada del Instituto Nacional de
Asuntos Indígenas a Las Heras en el marco del conflicto suscitado alrededor de
la exploración de uranio en Laguna Sirven y las estancias cercanas a esa
localidad. Reclaman que el Instituto no les trajo soluciones ni les ha
tramitado la personería jurídica. La pregunta que se hacen hoy es ¿Para qué
llegó el INAI a Las Heras?.
El 11 de mayo pasado llegaron a Las Heras integrantes del
INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas) en medio de la controversia
generada por la tenencia de las tierras por parte de los aborígenes de la zona
y la necesidad empresaria de realizar exploración y cateos de uranio en
determinadas áreas cercanas a la localidad.
Básicamente lo que nos relató la Sra Alicia López,
persona instruida que ayuda y guía a la familia del Cacique Limonao desde hace
varios años, es que interpretó que esta gente había sido enviada allí para
resolver los problemas de los indígenas como por ejemplo la reafirmación de sus
derechos sobre la tierra, la gestión de un mínimo bienestar para los
integrantes de las familias que viven en paupérrimas condiciones y
fundamentalmente creyó que el INAI les iba a resolver un trámite fundamental
que están pidiendo desde hace mucho tiempo, que es la personería jurídica. Sin
embargo la Sra López
reconoció que nada de esto sucedió.
“Estuvimos reunidos en el gimnasio Deportivo y allí nosotros
les pedimos ir al campo para mostrarle las excavaciones que ha dejado Fomicruz
– empezó diciendo López – pero como la Municipalidad no nos pudo proveer de camionetas,
hicimos el viaje en un micro que por las características del terreno que hay
allí, no pudo entrar en los campos que nosotros queríamos que vieran, solo
accedimos a Villa Picardo y en ningún momento pudieron ver los lugares donde ha
trabajado Fomicruz. En ese lugar se puede ver el verdadero desastre que han
dejado en la tierra”, señaló la mujer a OPI.
Los integrantes del INAI que viajaron a Las Heras les
dijeron a las familias que a su criterio debían aceptar las tareas de
exploración y explotación, porque el uranio no es malo; por el contrario
hicieron hincapié en el progreso que trae este tipo de minería en lugares que
son “privilegiados” por contener estas riquezas que redundan en beneficio de la
población en forma directa.
Más allá de esta tarea de “concientización” los
funcionarios del INAI les aseguraron que se iban a respetar las leyes y que se
les restituirían las tierras que a lo largo del tiempo le quitaron a la familia
Limonao. “Dijeron eso pero no dijeron cómo ni qué harían al respecto; además
insistieron en que la plata para ayudar a arreglar el campo, poner la luz,
comprar las bombas y hacer las casas, está desde el año 1995, cosa que nosotros
no teníamos conocimiento y que tampoco aclararon”, prosiguió relatando López.
Alicia, quien es una amiga allegada a la familia de
aborígenes de esa localidad, se encuentra comprometida en la búsqueda del
bienestar de la familia Limonao y remarcó en varias oportunidades que no
entiende por qué el Estado no da cumplimiento a la Ley que crea el Plan Cacique
Limonao, donde está todo perfectamente establecido y claramente detallado,
cuestión que – dijo – ninguno de los gobiernos se ha preocupado por cumplir.
“Yo creo que la gente del INAI vino a ver si realmente a los
Limonao les interesa la tierra o es una cuestión económica. Pero yo he hablado
con la familia y todos están de acuerdo en rechazar la explotación minera en
sus campos. Fomicruz ha estado tapando algunos pozos y son los más interesados
para que el Cacique tome los 42 mil pesos que hay depositados en el Banco ya
que, por los dichos del propio Presidente Miguel Ángel Ferro, “esa plata no
puede volver a Río Gallegos”, agregó la mujer. Nota completa
Nota relacionada: Las Heras: y ahora vienen por el uranio
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