Por Darío Aranda
Tras 15 años de explotación, se convirtió en la mejor prueba
de la megaminería: los propios estudios de impacto ambiental hechos por la
empresa confiesan cómo afecta a la región, no mejoró la vida del lugar y se
multiplican las protestas. El Estado se unió a las corporaciones.
Bienestar económico, desarrollo local y cuidado ambiental.
Son las principales promesas de las empresas mineras, gobiernos provinciales y
funcionarios nacionales. Es lo mismo que prometió hace 18 años Minera
Alumbrera, cuando comenzó su instalación. Los vecinos creyeron y, tras quince
años de extracción de cobre y oro, rechazan la megaminería porque confirmaron
en primero persona que no llegó el trabajo prometido, se acumulan las denuncias
por contaminación y, en una nueva etapa de la política minera, se acentuó la
represión contra los vecinos que rechazan la actividad. Bajo la Alumbrera, ubicado entre
los diez principales yacimiento de cobre del mundo, es el caso testigo de una
actividad tan millonaria como cuestionada que, en los últimos ocho años,
aumentó 1500 por ciento.
Las promesas
Andalgalá es la tercera ciudad en importante de Catamarca,
fundada el 12 de julio de 1658, hace 354 años. En octubre de 1994, y de la mano
del presidente Carlos Menem, comenzó la instalación de Minera Alumbrera para
explotar el yacimiento que pertenece al estado catamarqueño, la Universidad de Tucumán
y el estado nacional, que conforman la sociedad Yacimiento Mineros de Agua de
Dionisio (YMAD). El 31 de octubre de 1997 comenzó su etapa extractiva.
El yacimiento está en manos de la suiza Xstrata (50 por
ciento) y las canadienses Goldcorp (37,5) y Yamana Gold (12,5). Según datos de
la misma empresa, el yacimiento se encuentra entre los diez grandes
emprendimientos de cobre del mundo y entre los 15 de oro.
Sus promesas iniciales: un barrio para 5000 personas, un
hospital de alta complejidad, escuelas, 6000 puestos de trabajo, protección del
medio ambiente.
La compañía asegura, aún hoy, que emplea a 1.800 personas
del lugar y, de forma indirecta, creó 8.200 puestos laborales. Las asambleas
ambientales de la zona lo desmienten. Incluso el ex intendente prominería José
Eduardo Perea (venció su mandato en 2011 y asumió como senador provincial)
reconoció que sólo 50 vecinos de Andalgalá trabajan en el yacimiento1.
Marcelo Giraud es geógrafo, docente de la Universidad Nacional
de Cuyo, integra también la
Asamblea Popular por el Agua de Mendoza y es coautor del
libro “15 mitos y realidades de la minería transnacional en la Argentina”. En base a
los “Informes de Sostenibilidad” anuales de la propia empresa, detalla:
-Entre 2002 y 2005 la empresa declara exportaciones por
2.580 millones de dólares (un promedio de 647 millones anuales).
-En 2005 los envíos al exterior alcanzaron los 897 millones.
-2007: 1.558 millones de dólares.
-2008: 1.249.573.893 dólares.
-2009: 1.203,7 millones de dólares.
La empresa publicita que, para operar el yacimiento,
invirtió 1300 millones de dólares. Muy cerca de la cifra que obtuvo en un sólo
año de operación (2008).
En 2010 la empresa declaró exportaciones por 1.590 millones
de dólares (a un promedio del precio de dólar a 4,30 pesos: 6.837 millones de
pesos). La Provincia
recibió en 2010, según la empresa, 674 millones de pesos (9,8 por ciento de lo
exportado), de lo cual las regalías son sólo 140 millones de pesos (dos por
ciento de lo exportado).
En cuanto a regalías municipales, las últimas cifras
difundidas por la empresa corresponden a 2009. El municipio de Belén percibió
5,8 millones de pesos (1,53 millones de dólares, a un dolar que cerró el año a
3,79 pesos), el 0,12 por ciento de lo exportado. Andalgalá recibió en 2009 12,6
millones de pesos (3,32 millones dólares): el 0,27 por ciento de lo que
Alumbrera exportó ese año de las montañas catamarqueñas.
En octubre de 2009, con trece años de explotación de
Alumbrera, el municipio de Andalgalá declaró oficialmente la “emergencia
económica” por la “grave” situación financiera. Cumplió así la regla que se
repite en toda Latinoamérica: todos los municipios con megaminería son pobres.
Contaminación
Alumbrera acumula denuncias, y pruebas, de contaminación:
-Dique de colas. Todos los desechos son destinados a un
enorme basurero, de 30
hectáreas y 150 metros de alto, llamado dique de colas.
Héctor Oscar Nieva es ingeniero en minas y era inspector de calidad ambiental
del gobierno provincial cuando en 1997 detectó que el dique de colas tenía
filtraciones hacia las napas subterráneas. La empresa lo negó. Nieva denunció
que fue separado de su cargo y luego realizó un estudio maestría en la Universidad de Nancy
(en Francia), en el cual confirmó las filtraciones. La empresa finalmente
reconoció las pérdidas, pero argumentó que los estudios son erróneos (aún hoy
en su página de internet cuestiona a Nieva, pero reconoce las filtraciones).
Alumbrera instaló un sistema de retrobombeo por el cual, según promete, la
contaminación que escapa al corral minero vuelva a él. Nieva asegura que la
contaminación sigue regándose por el subsuelo catamarqueño.
Nieva no es un “antiminero”, como suele llamarse
despectivamente a los ambientalistas, incluso cree que la minería metalífera es
necesaria. El reciente declaraciones radiales2, Nieva aseguró que, ya en 1997,
el dique “perdía por todos lados”, afirmó que la empresa “nunca lo reparó” y
explicó que el dique de colas “se conecta hidráulicamente con la cuenca del río
Vis Vis (…) Es un hecho gravísimo y lo van a padecer las generaciones futuras”.
Destacó que en las filtraciones hay presencia de metales pesados. Nota completa
(Artículo original publicado en el Periódico MU de la Cooperativa Lavaca
(marzo de 2012). www.lavaca.org)
Nota relacionada: Un ingeniero que controló a Minera Alumbrera confirmó la contaminación de la compañía
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