Por No a la
Mina
Video: La Mara Producciones
Foto: Andrés Campos
La
Sociedad de Pediatría sede Esquel, el Servicio de Pediatría y
Neonatología del Hospital Zonal de Esquel y los Pediatras de la región Noroeste
del Chubut declaran su rechazo a llevar adelante proyectos de megaminería en la
región, aplicando el Principio Precautorio a la Salud Pública (...),
que pone en peligro la salud actual y futura de los niños, niñas y adolescentes
del área bajo su cobertura. (...) En el mismo acto declara también su firme
apoyo a la decisión soberana tomada por el pueblo en el plebiscito el 23 de
Marzo de 2003 (...) así como rechaza los intentos de modificar las mismas
generando tensión social, para habilitar las actividades que la megaminería
pretende llevar a cabo.
Documento de los pediatras de Esquel y la zona sobre la
megamineria
Esquel, 2 de Mayo de 2012
Los abajo firmantes, pediatras del Area Sanitaria Noroeste
del Chubut , miembros de la Sociedad Argentina de Pediatría , sede Esquel y
el Servicio de Pediatría y Neonatología del Hospital Zonal de Esquel, en virtud
del rol que desempeñamos como parte del equipo de salud y en general de todos
aquellos colectivos que se ocupan de preservar , promover, asistir en el
cuidado , la educación y la salud de los niños, niñas y adolescentes de nuestra
ciudad y su área de influencia, nos vemos en la necesidad y obligación
profesional de expresar nuestra posición respecto de la posible instalación de la Megaminería Extractiva
en la región Noroeste del Chubut, tanto en zonas de la meseta como en las
regiones cordilleranas, incluyendo nuestro ejido municipal.
La minería extractiva ha desarrollado en las últimas décadas
tecnologías que le permiten obtener metales de valor comercial elevado de
sustratos rocosos con muy baja concentración metalífera, lo que implica en
todos los casos la afectación de áreas muy extensas de territorio, la puesta en
práctica de procesos químico-industriales a gran escala, con el uso masivo de
agua y sustancias químicas peligrosas, así como la producción de enormes
cantidades de "residuos minerales estériles" previos a las fases
químicas, y de residuos tóxicos posteriores a la misma.
Si bien toda actividad humana produce un impacto en el
ambiente, algunas como la
Megaminería metalífera extractiva , son de tales dimensiones
que la afectación ambiental tanto en las fases de exploración, las de
explotación como en las posteriores al cierre de la mina, se cuentan entre las
de más intensas y persistentes que se conozcan. Estos impactos no son negados
ni siquiera por las mismas empresas de megaminería , las que obviamente
proponen tareas de remediación o minimización de riesgos que hasta ahora y por
los antecedentes mundiales conocidos, son de muy escasa y dudosa efectividad y
casi en todos los casos implican que los estados, o sea las mismas poblaciones
afectadas, deben pagar por esas tareas para evitar la extensión de los daños
producidos ya que no para lograr una "restitutio ad initio", que
hasta la actualidad no ha sido cumplida por ninguna empresa minera.
Debemos aclarar que como trabajadores de la salud
consideramos como ambiente todos los aspectos geográficos, químicos, físicos ,
biológicos, sociales, económicos y culturales en donde los seres humanos en
general, pero muy especialmente los niños , niñas y adolescentes se gestan,
nacen , crecen y desarrollan.
Creemos por lo tanto que es de suma importancia y de
responsabilidad fijar nuestra posición respecto al tema en cuestión y llamar la
atención sobre algunos puntos específicos que atañen a nuestra tarea como
médicos y médicas pediatras, ya que parte esencial de ella es ocuparnos de la
prevención de los problemas sanitarios, y no sólo asistir a las personas cuando
ellos ya se han producido.
Respecto al tema del riesgo sobre la salud que la alteración
del ambiente natural que tales emprendimientos conllevan, debemos señalar en
primer término que el ser humano en gestación, y durante toda su etapa de
crecimiento y desarrollo infanto juvenil, tiene una vulnerabilidad muy superior
a la que presenta en su etapa adulta, lo que obliga a extremar las precauciones
sobre estos potenciales daños.
En el caso de las iniciativas megamineras en nuestra región,
hay una serie de problemas que son a nuestro entender de grandes proporciones y
que no existen garantías de poder controlar su peligrosidad o de revertir sus
consecuencias.
Enumeraremos un número limitado de los mismos que
analizaremos en detalle, no porque sean los únicos a observar, sino porque
desde nuestra perspectiva médica y pediátrica consideramos suficientes para
sustentar nuestra postura.
Acerca de las sustancias químicas peligrosas:
El transporte e introducción en el ambiente de grandes
cantidades de sustancias químicas de alta toxicidad , tales como sales de
cianuro, explosivos de diferentes clases, sales de plomo como el litargirio, es
característico de la megaminería. Si bien otras actividades humanas también
utilizan ciertas cantidades de estos elementos en su desarrollo, es en la
megaminería donde su uso por unidad de superficie y por unidad de tiempo es de
las más elevadas.
Una vez introducidas en el ambiente, no existe ningún
procedimiento de probada eficacia que garantice que no quedarán residuos
tóxicos en los suelos, el agua o el aire ya que muchos de ellos han fracasado
en diversos sitios del mundo, y otros aún no han sido suficientemente
testeados.
Acerca del Drenaje Acido de Minas y la liberación de metales
pesados:
Este problema es de gran relevancia pues la actividad de la
megaminería, sea esta en forma de galerías o a tajo abierto, implica la
voladura de grandes volúmenes de roca virgen, su fragmentación y la
pulverización de cierto porcentaje para el proceso de lixiviación. Sea cual
fuere su exacto volumen y técnica extractiva, no existe otro método que el de
movilizar inmensas masas rocosas fragmentadas , que una vez expuestas al aire,
la luz y la humedad ambiente indefectiblemente van liberando sustancias que de
por sí contiene, tales como el arsénico, el cadmio, el talio...etc. Esta
liberación se acelera enormemente cuando las características de la roca
permiten la formación de ácidos, en especial azufrados, que terminan drenando
flujos de agua hacia las napas subterráneas y escorrentías superficiales
contaminados con esos metales pesados. Es destacable que los tóxicos de este
tipo producen daño acumulativo, por lo que la salud se podría ver afectada no
en lo inmediato, sino cuando los niños expuestos sean ya adultos. Como dato
importante señalamos que los informes técnicos revelan la presencia de altas
concentraciones de compuestos arsenicales en la roca del cordón Esquel, así
como en muchos otros macizos montañosos de la provincia, por lo que se dá por
descontado que esos compuestos se liberarán al ambiente de llevarse adelante la
actividad. Los daños a la salud que provoca la incorporación de estos metales
pesados al organismo, en especial aquellos en pleno crecimiento y desarrollo,
son tantos y tan conocidos por la historia actual y pasada de la medicina, que
nos eximen de enumerar las patologías de la que son causa o factor de riesgo, y
que constan en cualquier texto de toxicología médica.
Acerca del uso y afectación del agua:
De todos los informes consultados acerca de la propuesta del
cordón Esquel, así como de otros emprendimientos propuestos o ya en curso, en
todos los casos es preocupante el volumen ingente de agua que diariamente debe
usarse para los procesos de lixiviación.
En el caso específico de Esquel, basados en el Estudio de
Impacto Ambiental presentado por minera El Desquite para el proyecto Esquel en
el año 2003 y sus anexos, que por otra parte es el único informe de ese tipo
hasta ahora conocido , nos vemos obligados a señalar ,al menos, los siguientes
hechos:
Que en tal estudio existen discrepancias entre las
necesidades de agua que se declaran necesitar, que es de 1555200 (un millón
quinientos cincuenta y cinco mil doscientos) litros al día (18 litros por segundo),
obtenidos de diversas fuentes de la alta montaña de las cuencas de los arroyos
que abastecen parte de las necesidades actuales de la ciudad de Esquel, con el
objeto de diluir el cianuro y efectuar otros procedimientos
químico-industriales, y las cifras que pueden calcularse a partir de la
cantidad de agua que se necesita para lograr las mismas diluciones cianuradas
que la empresa propone realizar, que es inmensamente mayor, llegando a
multiplicar por diez el consumo diario del vital elemento.
Para un proyecto del tamaño del de Esquel, como por ejemplo la Mina Gualcamayo,
en San Juan, el caudal de agua en realidad utilizado es de 108 litros por segundo,
lo que coincide con las cantidades utilizadas por otras empresas similares.
Esto sería la mitad de lo que toda la población de Esquel consume en un dia.
Pero aún si damos por ciertos y precisos los datos que
brinda el Estudio de Impacto Ambiental del proyecto Esquel, y los comparamos
con los que la OMS
considera la cantidad básica de agua que un ser humano requiere para su vida,
que es de 80 litros
por día, implica que con los requerimientos diarios aún exageradamente modestos
que se pretenden declarar para este proyecto, podrían abastecerse básicamente
casi 20000 personas al día, y no menos.
También debe tenerse en cuenta que gran parte de esa agua no
podrá ser utilizada posteriormente jamás por seres vivos por quedar
definitivamente contaminada. Uno de los objetivos de minimización de daños que
las empresas deben garantizar hasta el cierre de la mina y que luego del mismo
debe continuar el Estado, es justamente mantener por tiempo indefinido en
enormes depósitos confinados el agua contaminada y otros desechos tóxicos con
el objeto de que no ingresen a las corrientes de agua superficial y profunda
que nacen, casualmente, bajo esos mismos depósitos. Por desgracia y hasta la
actualidad este objetivo es solo una declaración de deseos, ya que en la
práctica son innumerables los casos en nuestro país y en el mundo, en que es
técnicamente imposible garantizar la confinación absoluta e indefinida de los
desechos tóxicos y del agua contaminada.
Siendo el agua dulce un recurso cada vez más escaso en
nuestra región y en el mundo, es primario defender este bien común
imprescindible para la vida humana actual y futura y remarcar que se trata de
un derecho humano básico el contar con acceso y disponibilidad de agua.
Ningún emprendimiento económico que no contemple la
conservación segura e incuestionable para las generaciones actuales y futuras
de la calidad y cantidad de agua para uso humano podrá contar con el aval de
ninguna sociedad médica, ya que por encima de todos los derechos se halla el de
la vida misma, y luego el de la salud.
Acerca de los aspectos sociales y económicos:
Por último y abordando un tema especialmente álgido en
nuestra comunidad, consideramos que ya hace nueve años atrás y luego de arduos
debates públicos y tras un proceso democrático incuestionable, la comunidad de
Esquel de manera formal, y la de otros municipios del área noroeste
informalmente, expresó en las urnas su deseo de no apoyar este tipo de
emprendimientos mineros , lo que motivó una serie de disposiciones legales
tanto a nivel municipal como provincial, que limitan tales desarrollos. Tales
normas jurídicas aún están plenamente vigentes, y formalmente no existen nuevos
estudios de impacto ambientales presentados para iniciar ningún emprendimiento
local. Por lo tanto consideramos altamente preocupante que se estén efectuando
promesas de puestos de trabajo a personas en situación de alta vulnerabilidad
laboral y social, en casi todos los casos sostenes de familia, sin que sea
factible darles cumplimiento, generando una situación de tensión social
inadmisible, cuyo fin último no llegamos a comprender, pero que sin duda afecta
a la paz social de nuestra comunidad y pone en riesgo aún más el frágil entorno
de muchos niños, niñas y adolescentes.
Por otra parte , y siendo fieles a considerar a nuestros
pacientes parte de un complejo entramado socioambiental, creemos que el trabajo
digno y sustentable para sus padres es una necesidad ineludible de satisfacer,
pero también sabemos que no es la megaminería ni una fuente laboral de grandes
proporciones para la mano de obra local , ni tiende a crear empleos de largo
alcance , ni genera industrias anexas, ni están dadas las condiciones jurídicas
para que la perdida de activos ambientales se compensen ni remotamente con los
ingresos que se recibirían por la extracción y exportación de oro, plata,
uranio, y otros elementos económicamente muy rentables para las empresas en el
contexto financiero global.
Por todo lo expuesto es que la Sociedad de Pediatría
sede Esquel, el Servicio de Pediatría y Neonatología del Hospital Zonal de
Esquel y los Pediatras de la región Noroeste del Chubut declaran su rechazo a
llevar adelante proyectos de megaminería en la región, aplicando el Principio
Precautorio a la Salud
Pública , por comprometer seriamente la pureza del suelo, los
alimentos y el agua en calidad y cantidad de tal manera que pone en peligro la
salud actual y futura de los niños , niñas y adolescentes del área bajo su
cobertura.
En el mismo acto declara también su firme apoyo a la
decisión soberana tomada por el pueblo en el plebiscito el 23 de Marzo de 2003
y las disposiciones legales que de él se desprendieron, así como rechaza los
intentos de modificar las mismas generando tensión social, para habilitar las
actividades que la megaminería pretende llevar a cabo.
Servicio de Pediatría y Neonatología del Hospital Zonal de
Esquel
Sociedad Argentina de Pediatría Filial Esquel
Pediatras del Noroeste de la Provincia del Chubut
El video de la conferencia de prensa está disponible acá
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